lunes, 22 de junio de 2015

La necesidad de "molar" en un REV

mi marido "molando"
Tengo una pareja que es muy conocido en este mundillo de rol en vivo. Así que es posible que esta entrada le "escueza", porque sé de lo que estoy hablando y porque es de las cosas que más le repito: "no te exijas tanto... porque acabarás por no disfrutar del rol en vivo."

Él cuando va a una partida, tiene la necesidad de "molar", de destacar, de realizar todo el atrezzo que le haga ser muy distinto a los demás. Incluso creó un aparato en la partida  "13" (Cenizas Rojas, Devastación, de Somnia), que se llamabó el molómetro. Era un aparato que no hacía nada, de hecho era un termómetro roto pintado, mejor dicho "devastado" (palabro que nos inventamos para coger un objeto y hacerlo pasar por post-apocalíptico) y lo utilizó para marcar con el dedo si algo le gustaba o no (al personaje, por supuesto).

El caso es que esa "necesidad" la he visto en pocas personas, pero reconozco que las hay y es otra forma de disfrutar las partidas. Estas personas necesitan "molarse a sí mismos", llevando ropa y/o cachivaches "molones" y una actitud acorde, para poder disfrutar de un rol en vivo. No estoy segura del porqué de este afán, pero seguramente proviene de la necesidad de ser reconocido y alabado por los demás, de un reconocimiento del grupo por lo que hacemos y llevamos puesto. 

En los primeras partidas, vas vestido de forma bastante penosa, con cosas que no pegan ni con cola, ni con el año, ni con la ambientación, ni con el personaje...

La foto que tenéis aquí, como batallita de hoy, os cuento que pertenece a Time Lords IV, en el año 1999. En ese momento, ya había ido a algún rol en vivo de vampiro, y algún medieval cortito (la pre-partida de Time Lords, de hecho). El caso es que la ese Time Lords transcurría en el año del Señor del 999. Bueno... ya se ve que cogí una falda de mi tía (hippie), una camiseta de manga corta, un cinturón hecho con el hilo de macramé y un saqueo en toda regla al armario de la abuela, robándole un mantón calado de invierno y un pañuelo de ir a misa (caladito negro), para ponérmelo en la cabeza. Por cierto, el pelo, lo llevaba corto, pero a los dos días me importó bien poco... Se me ocurrió comprarme unas "espardeñas" que en cuanto se me mojaron, pasaron a ser una amasijo de loneta y paja.
Olalla Vaquer, Time Lords IV (1999)
Pero yo llevé a Olalla Vaquer, la matriarca de la família Vaquer con unas ganas, con una ilusión... poco me importó que tuviera que aprovechar, hasta un traje de baño para disfrazarme... y es que en esa época no se miraba tanto la vestimenta... o al menos, esa es mi impresión personal. Siempre había gente que se lo curraba más, claro está, pero ese aspecto del juego no era tan y tan importante. Todo era absolutamente nuevo y maravilloso, no nos importan un carajo ir vestidos como el culo.

Al cabo de cierto tiempo ves las fotos y piensas que hubieras preferido que te matasen antes de ir así vestida a un Rev...

Nos hacemos exigentes, muy exigentes con el tiempo, y a veces perdemos de vista esa parte lúdico-festiva-meimportaunamierdaquéllevaspuesto, de los roles en vivo.

No quiero decir que vea mal currárselo, sólo digo que centrarse en el vestuario, en el atrezzo, es quedarse con solo una parte de la diversión y, como mi pareja es tan, tan exigente, todo tiene que "molar infinito", y él mismo se complica la vida "infinitamente".

Recuerdo esos primeros Revs con cariño, donde lo importante era rolear y disfrutar, y el atrezzo pasaba a segundo plano. Esas partidas de Vampiro en marcos incomparables, como son el Parc Catalunya en Sabadell, La Catedral de Barcelona o el Monasterio de Sant Cugat. El sitio, la gente... ¡Lástima que no tenga fotos para ilustrar todo aquello!

Ahora la exigencia de emular la realidad y crear la atmósfera más real posible, con esa regla no escrita que cada vez se está introduciendo más en las partidas "what you see is waht you get" (lo que ves es lo que hay), nos eleva los cánones de las vestimentas, del atrezzo, tanto a organizadores como a jugadores y nos puede llevar a creer que vamos "incorrectamente" vestidos o atrezzados. Lo peor de todo esto, es que yo misma he sentido eso mismo, que no iba "correctamente" vestida y, fuera verdad o no, eso es absolutamente secundario, porque fue la razón principal por la que no disfruté tanto el Rev. Yo misma me exigí al ver el nivelazo de atrezzo de los demás.

Por desgracia, nos olvidamos rápido que, como buenos niños que llevamos dentro, en cuanto empezamos a jugar, ya no ves en los otros ni el disfraz, ni el atrezzo cutre, ni los hilvanes, ni la marca de los pantalones... sólo ves el personaje y vives una historia auténtica con él, vayas perfectamente atrezzado o no.



(pero luego están las fotos, que salen como salen y a lo hecho, ¡pecho!... :P)