viernes, 19 de septiembre de 2014

El currículum de la Abuela

Antes de empezar este blog, hacer mis críticas y explicar mis experiencias roleras, tendría que contar mi bagaje mínimamente para entender que cuando opino, es con conocimiento de causa y por experiencia vivida.

Empecé a jugar a rol de mesa cuando yo tenía unos 16 años. La primera partida fue de Star Wars y no entendí nada. Sólo entré en una nave y al cabo de diez minutos estaba muerta y fuera de la partida.

Bien.

Eso no iba conmigo y tuve la sensación, por el simple hecho de ser mujer, que me dieron una patada y me echaron del círculo misógino-rolero. Alguna vez jugué más, pero me aburría profundamente porque me dejaban totalmente a parte.

Después me aficioné a juegos de mesa como el Battletech, aunque me duró poco, y fue cuando me trasladé a Barcelona cuando desde el minuto 0 me metí en el mundo del rol por la puerta grande: Rolemaster, Señor de los Anillos, D&D, y siguieron juegos más alternativos como era en aquel momento Ars Magica o Paranoia.

Partida del año 1994 de Espada y Brujería
Pero mi sorpresa fue que en el año 1994, los creadores del juego de rol en vivo Espada y Brujería, probaron el manual con una panda de frikis, en un bar de Horta, en Barcelona, llamado La Cova del Drac. Aquello me gustó, aunque no entendí nada de nada hasta el punto de confundir un clérigo semi-elfo por un monje semi-elfo, como se ve en la foto. Allí conocí a los serían mi familia rolera durante mucho tiempo y sobre todo, mi "papa" rolero: Jordi Bofarull.

La verdad es que me gustó mucho, muchísimo, aunque fue una auténtica yincana. Tengo grandes recuerdos de ello.

Pasó muy poco tiempo antes de que entrara a jugar a rol en vivo, prácticamente cada fin de semana con un juego legendario: Vampiro, La Mascarada. Se creó la Camarilla Barcelona oficial y sus dos "subsedes", Sabadell y Sant Cugat. De estas dos últimas ciudades llegué a ser Princesa de la Camarilla y duré hasta que se dejó de jugar por la ciudad.

Pero en cuanto pasaron dos fines de semana jugando a Vampiro, me invitaron a ir a otro rol en vivo medieval para probar un manual nuevo, para otra partida mucho más grande llamada Time Lords. El evento fue todo lo medieval que se pudo en medio del campo, con tiendas de campaña en el Montseny.

En poco tiempo fui bastante conocida porque me apuntaba a todo lo que llevaba la etiqueta de Rol en Vivo y formé parte de la enorme familia de roleros de este país.

Más de 20 años jugando a rol en vivo.

Ahí es nada.

Siendo también máster, ayudante de máster, pnj y generadora de atrezzo...

Así que he visto evolucionar las formas, el fondo y, en general, el mismo rol en vivo, desanimándome y llegando a pensar en dejar de jugar en algún momento, pero siempre volviendo al redil, ya que las experiencias que me daba esta afición, no había nada que me las pudiera dar: ni deportes de riesgo, ni excursiones (que me parecían sosas porque no llevaba una espada en la mano), ni farras varias que me he corrido.

No hay nada, nada en el mundo parecido al rol en vivo, al menos como lo vivo yo.

Siempre hay quienes juegan tres partidas y se creen que ya saben de qué va esto, y la verdad es que todas las organizaciones son especiales y ponen algo original en sus partidas. Así que siempre te sorprenden, siempre que vayas con el ánimo abierto de dejarte sorprender.

Así que este es mi currículum rolero.

Y continúo jugando, porque creo realmente que la base de una buena salud mental es siempre tener un diálogo abierto con tu cerebro, preguntarte desde otros ángulos de vista si lo que estás haciendo es correcto o no, o si te aporta algo en la vida. Salir de tu vida y ponerte en la piel de otro personaje es la mejor terapia.

Pero de todo eso, ya hablaré en este blog más adelante... de lo que significa para mi el rol en vivo y lo que nos hace cambiar.

Así que por hoy, basta.

¡¡Basta, porque ya habrás dejado de leer hace unos cuántos párrafos!!