miércoles, 10 de diciembre de 2014

La presión de llevar un personaje histórico


En este últimos años, he tenido el placer de llevar personajes históricos como personaje jugador. Esto me ha llevado a tener una reflexión muy interesante sobre la vida, obra y milagros del mismo personaje, pero también he sentido una sensación de que no le estaba haciendo justicia, de no llegar a ser, ni por asomo, lo que era ese personaje real.


El primer Rev en el cual llevé un pj de este tipo, fue en la partida "Un trono para el equilibrio: Maat Durbar". Un rev realizado en Valencia ambientado en Egipto, justo cuando Tutankhamón murió y dejó un hueco de poder.

Personaje de Reina Tiy
En principio, no iba a ir. Me daba escalofríos pensar cómo se iba a realizar la inmersión de este tipo de revs, tan históricos, en una casa de colonias. Tampoco conocía bien la organización, pero Egipto me pudo más. Gimoteé a la máster si podía ir y, miraculosamente, me ofreció una plaza libre, ya que la jugadora no podía ir porque estaba embarazadísima. El personaje era ni más ni menos que Tiy, la reina madre... madre... madre mía... me cagué viva. Quizás si fuera de ese tipo de jugadores que no buscan ahondar en el trasfondo (tan legítimo y con el mismo valor como cualquier otra motivación), no me hubiera dado el "canguele". Pero mira... yo qué sé... me dio. Pero no me quiero enrollar con este tema, sólo decir que aprendí mucho más antes, durante y después de la partida que si no lo hubiera jugado. Tiy me abrió la puerta al pensamiento verdadero sobre "vivir para siempre" de los faraones, pero también me planteó serias dudas de si es positivo o negativo llevar este tipo de personajes, ya que el regustillo final, me advertía de que algo raro pasaba.

Personaje de Sarah Bernhardt
Y pasó. Llegó otro personaje que me aseguró que este tipo de personajes nunca lo acabas de llevar bien, o a gusto, y es a fue Sarah Bernhardt. La partida se jugó en la misma casa de colonias y con los mismos organizadores y se llamó "Cambio de época". Sarah era una actriz y artista absolutamente extraordinaria, con todas sus extentricidades y sus cambios de humor, demasiado moderna para vivir en los siglos que vivió. Viendo sus obras y escuchando su voz, me doy cuenta de que no le llego ni a la suela del zapato y ahí viene realmente el problema. El personaje es "demasiado" para una "simple mortal". Sí, ya sabemos que esto lo hacemos para pasárnoslo bien y todas esas cosas, pero las sensaciones quedan. Y yo, no lo he podido evitar. Entonces viene cuando no te sientes a gusto con el peinado, ni con el disfraz ni con nada de lo que llevas, porque "ella" no lo llevaría. Y te exiges tanto a ti misma, que te olvidas de lo más importante: tú mismo y el "divertimento".

No sé si a los actores les pasa lo mismo, pero entendería que sí les sucediera, ya que es exactamente el mismo caso.

Así que si alguna vez os ofrecen un personaje histórico, pensároslo dos veces, porque nunca, nunca os sentiréis a la altura, porque él no era un "personaje", sino una persona de carne y hueso, y tú eres otra completamente diferente, con un bagaje diferente y con unas aptitudes diferentes, y a veces comparar, es odiosamente odioso.